Ganaron lugar como rayo y reemplazaron a varios competidores en las preferencias de los argentinos.
Dentro de la extensa y exitosa familia de los quesos, el fundido, de él se trata, ya es una categoría respetada. Según datos de Kantar Worldpanel, este tipo de lácteo tiene un consumo per cápita de 320 gramos por año. Claro que, más allá de la expansión, está lejos del exitoso queso blanco cremoso que, por este tiempo, ocupa casi el doble de las preferencias de su primo.
Tal es la generalización del consumo que ya seis de cada 10 hogares pasan por las heladeras y se llevan un pote al menos una vez al año.
El queso fundido se fabrica a partir de una mezcla de quesos maduros y quesos frescos, estando estos últimos en una proporción mucho menor que aquellos.
Los hábitos de consumos han localizado la categoría entre los más elegidos. “Los hogares adquieren la categoría seis veces al año (cada 60 días en promedio, lo que significa una frecuencia similar a las papas fritas y los snacks, y los jugos listos). En cada uno de los actos de compra se llevan 280 gramos.
Esta categoría se caracteriza por tener un perfil más popular en los sectores altos y medios de la pirámide de ingresos, además de ser un producto muy elegido en la zona metropolitana, aunque, claro está, también en las grandes ciudades del interior.
El hogar medio de consumo es de hasta dos integrantes con amas de casa mayores a 50 años o sin hijos en el hogar.
Un trabajo de la Universidad Tecnológica Nacional sobre el consumo en Rosario da cuenta de que la gran mayoría de las compras (73%) las hacen mujeres.
Según el mismo documento, la calidad es determinante a la hora de hacer la elección de compra hasta el punto de que es, según el mismo documento, mucho más relevante que el precio.
320 gramos
Consumo per cápita de queso fundido.
Fuente: La Nación