Rondando los cuatro pesos, la leche define su valor de mayo.
Hace una semana anticipábamos que lo que la industria le iba a pagar a los productores por cada litro de leche entregado durante el mes de mayo no estaría mucho más arriba de los cuatro pesos. A pesar del malestar de los productores, que creen que desde un texto se pueden determinar esas cosas, cabe aclarar que son las industrias las que hacen sus números y lo definen, porque si fuera tan simple como escribir el destino que debiera tener la lechería, todo ya estaría mucho más que resuelto y hace tiempo.
No es fácil enfrentar al mercado, el consumo cae, la materia prima no es mucha, la rentabilidad no es buena para la mayoría y en eso, a pesar de la baja en la demanda, siguen ganando los que comercializan productos.
Ayer fueron varias las empresas que empezaron a salir de las promesas y comenzaron a ponerle cifras a las liquidaciones que llegarán en los próximos días. De las ideas de 4,50 o 4,20 por litro, muchas ya están cayendo a máximos de 4,05, son solo algunas cooperativas que negocian mejor los valores en conjunto, las que se despegan un poco más, pero en reglas generales la leche no va a valer mucho más que esto. En la cuenca lechera central son las pymes las que se ven obligadas a pagar más para no seguir perdiendo a la hora de producir, hecho que en el último tiempo tiene a los empleados haciendo más tareas de mantenimiento que en las tinas de leche. Las más grandes no dejan de ajustarse, con números preocupantes que no tienen perspectivas de repunte.
Mientras tanto, los lácteos en los supermercados se fijaron en los últimos aumentos. Aunque otros productos suban, los yogures, las leches e incluso los quesos están quietos con la fluctuación de precios, sin embargo esos valores son muy elevados. La leche está arriba de los 16 pesos en tetra brik y se consiguen sachets a algo más de 13, pero los yogures tienen derivaciones muy esquematizadas entre los envases chicos, los sachets y las botellas descartables que hacen que a la hora de ponerlos en el carro de compras se haga difícil la suma.
El caso de los quesos es aún más complejo. Existen productos que son pura fécula de maíz con colorante y aromatizante que conservan un precio medianamente aceptable, pero en cuanto a sabor dejan mucho que desear. Lo que entra de manera directa en esta categoría de producto no encuentra precios inferiores a los cien pesos, es más, todo lo que se encuentra en las góndolas de los supermercados de Rafaela, por ejemplo, está por encima de los 125 pesos por kilo, lo cual hace privativo esto en las listas de compra, e incluso supera la valoración de un kilo de carne, hecho que se discute mucho por la consonancia cultural, pero que deja de lado a los lácteos, incluso a pocos kilómetros de las plantas que los procesan.
Volviendo a los valores que recibe el productor, se frenó absolutamente el cobro de compensaciones. Lo que fue un tímido inicio la semana anterior, se convirtió en más espera para todos los tamberos. Solo algunos y muy pocos lograron cobrar los 40 centavos que aporta la Nación, más los diez que entregan las provincias –Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos y se agregaron Buenos Aires y San Luis- para los primeros tres mil litros de producción por CUIT. Las explicaciones desde la Subsecretaría de Lechería no son claras ni actualizadas, por lo tanto con insistencia reconocen que hay demoras surgidas desde el propio Banco Nación que es el que dispone los fondos con destino a las cuentas de los tamberos.
Todo lento, con poca reacción, sin ganancias, sin expectativas y con un horizonte demasiado largo para resistir, en un sector que a pesar del frío sigue recibiendo agua y no termina de aclarar objetivos, ideas y propósitos, donde hay más invitaciones a salir que a permanecer, pero donde todo se mantiene por el afecto a la tarea, por tradición y obstinación.
Por: Elida Thiery. http://elidaescribe.blogspot.com.ar/