En el marco de la grave crisis que afecta a toda la lechería y sobre todo a los tambos, hace unos días en La Rural de Palermo se desarrolló la Expo Lechera 2016, un evento internacional, que también incluyó la Conferencia Mundial Holstein (Holando), en el que se analizaron las herramientas productivas para “aguantar” el viento en contra y se actualizaron los conocimientos en genómica, manejo, sanidad y nutrición, entre muchos otros temas.
La lechería tiene problemas en todo el mundo, por el derrumbe del precio internacional, pero en la Argentina las dificultades se agravaron por las distorsiones que durante años sufrió esta cadena. “Los momentos de crisis de los tambos coinciden siempre con una sobreoferta de leche en el mercado y los mejores precios para el tambero se dan cuando hay equilibrio entre la oferta y la demanda”, reconoció Mario Olivares González, un veterinario chileno que disertó en un simposio que analizó el futuro del negocio lechero.
El ingeniero y especialista en producción lechera Javier Baudracco, de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) de Santa Fe, dijo que en esta coyuntura hay que “simplificar” al máximo el manejo del establecimiento para “mantenerse a flote” y recomendó aumentar el pastoreo, cambiar el mixer por el autoconsumo y trabajar con un solo rodeo cuando el plantel es menor a los 400 animales.
Una de las dificultades que surgen cuando el margen del negocio se achica, es que cuesta encontrar y retener recursos humanos calificados para llevar adelante el tambo. Por eso Fernando Preumayer, especialista en el tema de la Universidad Austral, aconsejó a los dueños de los establecimientos incluir al tambero en las decisiones estratégicas, promover su capacitación (y la de su familia) y encontrar rutinas que permitan flexibilizar los horarios. Estas recomendaciones son claves, sobre todo si se tienen en cuentan las características de los personas que tienen menos de 35 años, que crecieron en la era de la informática y que tienen muchas más resistencias para adaptarse a trabajos “poco interesantes y rutinarios”, agregó Paula Molinari, máster en Administración de Empresas de la Universidad Torcuato Di Tella.
En cuanto a lo técnico, hubo paneles muy interesantes. Mathew Lucy, de la Universidad de Missouri en Estados Unidos, advirtió que los excesos de glucosa generan problemas de fertilidad en las vacas lecheras de alta producción.El holandés Gerber de Jong dijo que es clave llevar un registro de los diferentes episodios que sufren los animales y hacer las mediciones genómicas para tener mayores datos de las vacas, ya que la selección genética por productividad genera algunos problemas adicionales.
El argentino Luis Calvinho, del INTA, aconsejó estar muy atentos a la sanidad de la vaca en los 21 días previos al parto y en los 21 días posteriores. Y aconsejó usar productos específicos para evitar las patologías que se dan por la disminución de las defensas y el estrés (hay riesgo de retención de placenta, involución uterina y mastitis).
El también canadiense Brian Van Doormaal encaró el problema de la consanguinidad, ya que en la raza Holando hay muy pocas familias (unas 5 o 6) que dan toros con índices muy altos “y todo el mundo usa eso”, lo cual trae el problema de la menor resistencia a enfermedades y menor fertilidad. Van Doormaal afirmó que el análisis genómico ayuda a detectar la consanguinidad y a buscar líneas de otras familias.
El estadounidense Tom Lawlor analizó el tema del cruzamiento con otras razas para lograr heterosis o vigor híbrido (término utilizado en genética para la crianza y mejoramiento selectivo y que se basa en la posibilidad de obtener mejores individuos por la combinación de virtudes de sus padres), una cuestión que se inclinó por descartar, dado que “es un camino corto, que acaba en la primera descendencia y produce dispersión.
El veterinario Leoncio Diz, responsable de la admisión de los animales para la jura de la expo, enseñó cómo reconocer una buena vaca lechera. “El punto más importante es lograr que las vacas paran y den leche la mayor cantidad de años posible. La ubre que es buena tiene un ligamento bien evidente. La grupa debe estar conformada de manera tal que le permita a la vaca parir fácil y limpiarse fácil. Y hay que ver cómo se mueven, porque en los sistemas pastoriles si no caminan, no comen”, recordó.
El alemán Guido Simón, miembro del Consorcio Oficial de Jurados de Holstein en Europa, dijo que le lechería orgánica es un nicho muy interesante en la UE. “Cerca del 20% de los tambos trabajan con conceptos tales como no fertilizar o no usar herbicidas. A pesar de que se elevan los costos, reciben precios altos por la leche que ordeñan y que se mantuvieron estables mientras que el valor de la leche tradicional sigue con precios en caída”, aseguró.
En una de las conferencias, el doctor Alberto Cormillot defendió el valor nutricional de la leche. “Es el mejor alimento del mundo: si no existiera habría que inventarla. Ayuda a crecer a los chicos y previene muchas enfermedades, entre las principales la artritis, el alzheimer y el cáncer de colon”, destacó. Es un buen resumen de las cualidades de un producto clave para la seguridad alimentaria.
FUENTE: CLARIN